Acercarnos a la obra del Pintor Denis Nuñez constituye de inicio un juego de efectos , la misma sensación que nos atrapa al abrir de golpe la única ventana de una somnolienta habitación hacia la claridad del día; una figuración realista que atrapa al espectador, virtuosismo técnico y una esmerada factura son las primeras luces que cuestionan la ingenuidad del espectador, pero cuidado, al acomodarse nuestras pupilas estaremos en condiciones de ver en profundidad el valor sicológico de un lenguaje donde poco o nada es gratuito.

 

Quienes han tenido la oportunidad de seguir el decursar de su obra desde los años noventa del pasado siglo, podrán constatar un leiv motivcasi absoluto, la presencia de la figura humana y especialmente el desnudo femenino. Esto lógicamente le ha permitido usar lo erótico como un recurso justificativo para lograr acercarnos a la verdadera desnudez del ser humano, esa que obviamente no esta a flor de piel, la constante soledad de sus figuras aún cuando haya mas de una en la obra denotan un intimismo y un retraimiento notable lo que delata una velada resistencia ante el medio que lo rodea,  en muchas piezas hay sutiles elementos de contacto que refuerzan la imagen de la isla sicológica en el concepto del artista, la presencia en muchas de ellas por ejemplo de un pedestal de piedra donde se jerarquizan las figuras o verdaderos claustros de martirio donde seres desnudos resisten y de hecho existen, convierten el erotismo extrínseco en el mero hilo de Ariadna que nos seduce  a la entrada del laberinto. Obras emblemáticas siempre las hay, claro, no siempre coinciden autor, publico y especialistas, aunque ser el caso de “ Remedio para soñar con huevos “,premiada del artista donde queda al desnudo, precisamente a partir de un desnudo, valga la redundancia, la precariedad del equilibrio de nuestros sueños. Equilibrio cuya fragilidad evidencia su necesidad de la luz y la sombra para existir.Desde el punto de vista formal hay determinadas búsquedas traducidas en el color y la textura que muchas veces intentan  complementar el concepto esgrimido, en algunas ocasiones mas felices, en otras menos, pero siempre con la velada intención de decirnos algo desde lo mas absoluto.

 

El uso de los colores complementarios vibrando  agresivamente en determinadas obras logran sugestionar al espectador de forma tal que no pueda obviar a pesar de la belleza y perfección de la imagen que contempla la crudeza de su drama interno. Otro elemento llamativo en sus ultimas obras es esa especie de rayado en la piel de sus personajes  que mas que un simple ejercicio de texturas  es una invocación formal a penetrar mas allá de la piel de sus figuras e intentar comprender  el universo de frustraciones que las mueve

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Pocas veces logra un autor no importa la manifestación del arte en que se exprese ser impersonal y poner distancia entre el  y la obra que crea, y Denis no es el caso, cada pincelada, cada figura, en fin cada obra guarda una estrecha comunión con su autor, sus sentimientos, sus deseos, carencias y gusto están impresos en la piel de cada mujer, en los sueños surrealistas de los niños y en las heridas de esos seres encerrados  y atormentados reflejos también, porque no, de sus propios temores.

Estamos sin dudas ante una propuesta artística donde el artista asume a conciencia el riesgo de ser honesto.

Lic.Vladimir Iglesias

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